Manuel Villa-Mabela
Mi estómago rebosante de bilis con sabor a cava de primerísima calidad me despertó alarmado a las cuatro de la madrugada. A lo mejor no fue mi estómago y fue mi hígado o cualquier otro órgano perteneciente a mi ajuar vital. Tengo a los sindicalistas de mi organismo en constante estado de amenaza de huelga dado que no formalizamos un acuerdo filosófico de convivencia que nos convenga a ambas partes. Estaba empachado de pizza cutre, tarta de almendras de monja, verbena de licores medicinales y, por supuesto, cava. Aunque tome pan seco o cualquier insulto a la buena mesa, siempre lo acompaño todo con cava del más caro. Es lo que me ha sugerido mi coach personal. Claro que también estaba empachado de cansancio vital y de alojarme en hoteles de cinco estrellas. Echaba de menos mi pequeño despacho-refugio en casa. Paseando por la habitación hice un hondo…
Deja un comentario
Comments 0