Foto de Tuchy Regueras

La descubrí encima de los tejados ronroneando a los sueños perdidos. Era una gata callejera. Dejé mis ventanas abiertas de par en par para que tuviera siempre un lugar seguro donde llorar, esconderse bajo la cama  o convertirse, como si de un juego se tratara, en  mascota de amores, en un cachorro buscador de caricias untadas con dulce de amor, pero cuando la creo más mía,  me araña rabiosa para recordarme que no me pertenece. Entonces hay que dejar de abrazarla para que salte de nuevo a los tejados. Yo siempre dejo la ventana abierta.