Si usted ha pensado alguna vez en relacionarse con la cultura anatómica forense, formar parte de un catálogo de generosos donantes y participar en el ocio que rodea los momentos postreros, no le quepa duda, la donación de su cuerpo puede ser una brillante salida de este mundo. Son imprescindibles para la investigación y piense que le pueden trastear sus vísceras futuras eminencias, sin olvidar que si se hace donante estará abrigado por otros cuerpos, es decir, puede hacer amigos a través de la poesía del espacio y el tiempo. Y si desea escuchar anécdotas, chascarrillos y vivencias en el abanico existente entre el shock paliativo y el estado post mortem, ningún otro punto de ocio alternativo más propio que las administraciones que recogen y hacen inventario de los donantes. Estamos cerca de la Navidad, ¡¡Hágase un regalo!!!