Una de las ventajas de caminar despacio es que percibes casi todo el paisaje que la vida y los escaparates te brindan al paso. Soy un romántico de las viejas tecnologías, si bien tengo gran amistad con las nuevas propuestas. En este paseo informal, daba la casualidad de que la batería de mi móvil/celular andaba escaso. Había un puesto de recarga, acompaño fotografía, pero no estaba seguro de saber usarlo bien o si mi conducta pudiera perturbar a cualquier otro paseant@. Esperé un rato. Muchos mirones y sonrisas, pero ningún emprendedor. Son delicadas las nuevas sorpresas tecnológicas.