Cuando asoma la noche, un cedro se despereza y se alza hasta las mismas puertas del cielo. Es un ritual de amor que repite todos sus días con un solo fin, que la luna repare en su galanura, porte y esbeltez. Todo indica que estamos ante un amor imposible ¿la luna…? ¿la luna teniendo amores con un cedro? La luna ha nacido para enamorar, para tener mil amores, para ser admirada todas las noches de su vida. El cedro, que es medio poeta, pretende más, quiere despegar del suelo para pasear junto a la luna, subidos en algún cometa y esconderse del mundo detrás de las estrellas. No sé, debería entender que la luna está muy alta, pero anda enamorado y cuando se está medio loco, puedes ver en la pantalla de tu mente desfilar todos tus sueños. Sueña, cedro, sueña.

Romance entre la luna y el ciprés