JARA
El domingo suele ser un buen día para hacer algo de senderísmo y aprovechar la caminata para centrarte en tus pensamientos y emociones. Los demás días de la semana también, pero está claro que los festivos, bien por tiempo o vagancia, son las jornadas elegidas para ahondar en nuestros adentros. He elegido un itinerario pletórico de jarales en la sierra madrileña. Siempre me ha gustado la Jara, tanto por su belleza, perfume cómo por su resistencia. Perderse entre jarales es como jugar dentro de un cuento, un regalo para los sentidos y, desde luego, los problemas y sus soluciones ofrecen respuestas a manos llenas. Otra cosa es que te gusten las soluciones ofrecidas mediante el paseo, pero eso es ya otra historia.
Publicado el abril 12, 2015 en Piezas/Lugares y etiquetado en Jara, Jarales. Guarda el enlace permanente. 6 comentarios.

Me encanta la Jara. Es súper sencilla, como una vestal, apenas vestida con una túnica blanca. La naturaleza se viste con hermosos sutiles atavíos.
A partir de ahora la voy a mirar así. Gracias por la imagen. Saludos
Pero dices que es resistente…(corrigiendo)
Que hermosa flor, parece de papel, se ve frágil peor dices que es resistente!
Lo es, como muchas cosas aparentemente frágiles. Saludos
Eso me maravilla! Gracias por compartirla!