SERIE POESÍA PERFORMANCE: EL COCHECITO LERÉ
Paseando sin rumbo fijo, para qué imponerme un objetivo, si me lo van a cambiar en cualquier momento las circunstancias. Pues eso, paseando por aquí y por allá, me topé con un vehículo de fantasía más propio de otras latitudes y sueños. Me recordó a los cochecitos de las fantasías infantiles, a las alegrías turísticas de otros mundos, a los reclamos publicitarios destinados a nuestras emociones. Me gustó, así que busqué un banco y me puse a soñar con mi universo invisible, tengo un universo invisible donde soy como quiero ser y las personas que me acompañan también. Tiene poco futuro, pero me sigue dando la mano como muchos de mis juguetes niños. Hay que estar atentos a los semáforos vitales.
Publicado el diciembre 5, 2015 en Cosecha Propia y etiquetado en El cochecito leré. Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.
Pues este semáforo lo tienes con luz verde;-))
Tu universo invisible es eterno… no lo dudes!!!
Abrazo
De todas formas mejor mirar si los coches respetan los semáforos. Buen finde largo. Abrazos
Pues sí que es propio de otras latitudes… un rickshaw! 🙂
Universo global. Buen finde largo