SERIE POESÍA PERFORMANCE:JUGUETE OKUPA
Cuando un nido se queda vacío porque sus moradores ya han aprendido a volar, muchos habitantes okupas de la vida, de los bosques mágicos, de barrios deprimidos o hipotecados a cadena perpetua, hacen lo imposible por hacerse con ese hueco vital. No es un palacio ni tampoco una mansión lujosa, pero es un rincón confortable donde protegerse y rehabilitar sueños y propuestas. Todos deberíamos tener un nido, una referencia emocional, una dirección postal donde llegue tu correo aunque nunca pases a recogerlo. También valen los nidos íntimos, los que trasladamos con nosotros mismos, por cualquier sendero y nueva bitácora. A lo largo de la vida cambian los escenarios, los sueños, las metas y las personas, de ahí que estas referencias cuasi místicas debieran estar ahí para empujarnos y recordarnos quienes somos. (Fotografía de Tuchy Regueras)
Publicado el julio 26, 2016 en Cosecha Propia y etiquetado en Juguetes Okupas, manuel villa-mabela. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
Qué bonito eso del hueco vital.
Tengo la noche sensible. Pero si que creo que necesitamos un nido cosido en lo más hondo. Feliz día, besotes
Te entiendo.