LA PARCA GRAFITERA
Me acompaña en los paseos solitarios por los caminos deshabitados de aliento vital, siempre sale a mi encuentro, en el mismo recodo, en la misma postura y la misma determinación, la silueta de un personaje cabalístico que tiene fama de ser la parca del camino. Alguna vez, cuando el paseo se hace a media luz o una pizca más tarde, quiero pensar que esa parca, no es tal, que se trata tan solo de una niña fascinada por las sombras de la noche o una vendedora ambulante de castañas, pero aligero el paso, la saludo raudo y temeroso, musitando algún rezo de supervivencia, para que no vuelva la cabeza porque si vuelve su cabeza grafitera para mirarme, es probable, que no llegue al final del camino. (El autor de la obra es Parsec)
Publicado el septiembre 15, 2016 en Artículos Propios y etiquetado en La muerte en el camino, manuel villa-mabela, Parca grafitera, Parsec. Guarda el enlace permanente. 7 comentarios.
No me gustaría pasear por ahí en una noche de invierno y encontrarmela.
Buenas noches
Tranquila, es muy campechana. Abrazotes
La parca que quede aparcada a la vera del camino,
que se siente tranquilamente,
que descanse y que, de momento, nos deje en paz.
De pie, encima del ladrillo, no se me hubiera ocurrido que fuera la parca, mas bien me parece una beata camino de la iglesia con los velos aquellos que llevaban cuando yo era niña, de eso hace la “tira” de años.
Feliz sábado.
Es una parca travestida, más peligrosa que de costumbre porque va de beata o niña buena. Gracias por el análisis, me ha gustado. Feliz fin de semana y resto de semana y más si cabe. Abrazotes
Lo malo casi siempre es en femenino jaja, lo he recordado porque los llamados mosquitos que pican son las hembras, de eso sé un rato, ya que van detrás de mí sin clemencia, y me dejan unos recuerdos muy desagradables que me duran casi una semana, pero nunca me puedo reponer, menos mal que llega el frío.
Nunca sé como acabará mi comentario, de la Parca a las mosquitas en un momento.
Adeu.
Siiiii…pero yo no estoy de acuerdo. Debe ser por alguna suerte de complejo de inferioridad de los hombres ante las venus pensantes. Nada como el género neutro: feliz, por ejemplo. Bon día
Gracias, eres muy amable con tu comentario, todas las palabras también neutras.