EL FUTBOLÍN A ESCENA
Antes que nada, la foto es penosa porque la tuve que conseguir de malas maneras, con riesgo físico. Los vigilantes de fincas de ocio son armarios sin caridad. A lo que vamos, apostar de tanto en tanto, no es malo, siempre y cuando no tengas vicio corrosivo y no te superen las ansias desmedidas de jugarte cualquier cosa de manera poco razonable. Ir borracho perdido no es atenuante. Hay quien apuesta a la lotería, a las quinielas, al casino y no suelen disgustar al entorno inquisitorial ni suelen ser perseguidos por las autoridades, pero claro, jugarte la pareja al «futbolín» me parece propio de un gángster o de mucho desapego afectivo. Perdió. Se jugó su reloj de oro en otra partida dramática. También perdió. Se pensaba invencible y se jugó el número de su cuenta secreta en un paraíso fiscal. Volvió a perder. El ganador y la pareja se querían morir de gusto.
Publicado el enero 3, 2017 en Artículos Propios y etiquetado en Apuestas, Futbolín, manuel villa-mabela. Guarda el enlace permanente. 11 comentarios.
¡Estás de broma! y si se jugó la pareja al futbolín, no me extraña que ésta esté contenta si él ha perdido porque, ¡menudo elemento…!
Aquí solo jugamos con palabras, es igual de entretenido y no ponemos en peligro a nadie…
No te creas todo lo que se escribe, igual es una leyenda urbana. Abrazos
Manuel, que lindo Post! Recuerdo de pequeña jugar con mis vecinos, acá en la Argentina se llama Metegol. Bellos momentos de mi infancia. Gracias por traérmelos a la memoria. Besos mágicos y muy buen comienzo y continuación de 2017.
Me encanta lo de «Metegol». Gracias. Desde esta orilla vuelan abrazos y deseos de un maravilloso 2017. Abrazotes
Dicen que jugar por necesidad es perder por obligación. Buenisimo. Un abrazo.
Muy pocos juegan bien sus cartas. Gracias. Abrazos
¡Qué vicio!
jajaj, hay gente para todo
Así es…:)
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