El tema de los empleos (comprobado científicamente que los empleos no son una leyenda urbana) sigue siendo uno de los grandes lastres sociales. Hay empleos milagro, estrella, buenos, basura, insultantes, pero esto que a continuación apunto, igual es el principio del fin, dado que no solo amenazan las manadas de robots, también ahora atacan los maniquíes. Prueba de ello es este maniquí, trabajador en una tienda deportiva vistiendo camiseta futbolera y celebrando un gol, que ahora se suma al pluriempleo de turista accidental en una zona costera. Un maniquí pluriempleado y, seguramente, sin estar de alta en la Seguridad Social. El asunto no es baladí, creo.
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