Las setas tienen su temporada, hay amores de temporada y la serenidad viene por temporadas. Los altibajos económicos y de salud viven sus temporadas. Lo que sucede, no siempre, por supuesto, es que no trabajamos el barbecho para preparar las siguientes cosechas. Seguimos los avatares técnicos y las urgencias de la actualidad palpitante, pero vamos perdiendo nuestro instinto labrador de emociones. Entre eso y el cambio climático, que tiene sus propios principios, nos dirigimos a una vida de laboratorio prestado y prefabricado. Cuelgo este post y me voy a cuidar mi pequeña huerta.
No hay nada como la naturaleza. Els meus preferits son els rovellons a la brassa. Diría que son los de la imagen.
Soy la virgo lunática de siempre, pero ahora con mi nombre propio.
Adeu.
i tant, també m’agraden. Hola Maria Rosa, recuerdos a la virgo lunática
Me encantan las setas. Riquísimas. Saludos desde San Juan de Puerto Rico. Regresé y me quedo… un abrazo caribeño.
Qué bien suena lo de abrazo caribeño. Cuidate mucho, abrazos mil
Tan cierto, yo estuve en lo mismo.
Hay que experimentar todo o casi todo. Bueno, lo que creamos nos aportará algo. saludos