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ESTAMPAS DE SALAMANCA
Salamanca guarda tesoros y secretos a partes iguales, repartidos entre sus viejas plazas y calles, en las esquinas de sus monumentos, entre sus leyendas y singularidades. Es una ciudad que merece ser visitada y vivida con la serenidad que proponen sus propuestas artísticas, su legado y su realidad universitaria, sin olvidar su atmósfera entrañable. Ciudad con muchas sorpresas que ha sabido combinar su rica historia con el ritmo de los tiempos.
LA CASA DE LAS CONCHAS
Frente a la Clerecía, en la zona más mágica y monumental de Salamanca, encontramos la singular Casa de las Conchas, vestida de gótico y aderezada de plateresco y elementos del mudéjar. Empezó a construirse en 1493 por iniciativa de Rodrigo Maldonado de Talavera, que vendría a ser abuelo de uno de los principales abanderados de los Comuneros, Pedro Maldonado Pimentel. La casa está llena de historias, leyendas y anécdotas, al margen de una belleza esotérica que sigue atrayendo estudiosos, curiosos y ociosos. Las flores de Lis del escudo de los Maldonado pueblan y comparten con algo así como trescientas conchas de Santiago la fachada de este edificio emblemático, entrañable y siempre sorprendente.
Foto de Tuchy Regueras
LA CASA DE LAS CONCHAS
Frente a la Clerecía, en la zona más mágica y monumental de Salamanca, encontramos la singular Casa de las Conchas, vestida de gótico y aderezada de plateresco y elementos del mudéjar. Empezó a construirse en 1493 por iniciativa de Rodrigo Maldonado de Talavera, que vendría a ser abuelo de uno de los principales abanderados de los Comuneros, Pedro Maldonado Pimentel. La casa está llena de historias, leyendas y anécdotas, al margen de una belleza esotérica que sigue atrayendo estudiosos, curiosos y ociosos. Las flores de Lis del escudo de los Maldonado pueblan y comparten con algo así como trescientas conchas de Santiago la fachada de este edificio emblemático, entrañable y siempre sorprendente.
Foto de Tuchy Regueras
ESTAMPAS DE SALAMANCA
Salamanca guarda tesoros y secretos a partes iguales, repartidos entre sus viejas plazas y calles, en las esquinas de sus monumentos, entre sus leyendas y singularidades. Es una ciudad que merece ser visitada y vivida con la serenidad que proponen sus propuestas artísticas, su legado y su realidad universitaria, sin olvidar su atmósfera entrañable. Ciudad con muchas sorpresas que ha sabido combinar su rica historia con el ritmo de los tiempos.