Los sindicatos tachan el experimento laboral como contrato basura y amenazan con acudir a una huelga

No deja de ser una prueba piloto, un ejercicio laboral experimental, la búsqueda de un equilibrio hormonal, pero si cumple las expectativas, permitirá recetar dosis sexuales, científicamente aplicadas,  a cargo del Estado a todas las personas menesterosas de esta energía personal y social.

Se tratará, a fin de que el fármaco erótico cumpla con toda la normativa de la industria afectiva, de desafectar de las mismas toda reacción genética perturbadora, regodeos innecesarios, apegos indeseados y querencias drogodependientes.  Quedará prohibido que un administrador sexual repita con la misma paciente. Es decir, sexo a pelo. Se toman unas cucharaditas del fármaco y a esperar milagros.

La terapia no discriminará sexos, posturas ni tendencias para que este placebo social de equilibrio y armonía surta los efectos deseados. No se descartarán sus distribuciones a colectivos presidiarios, parados de larga duración, geriátricos ni organismos varios, al margen de su color, bandera e ideario.

Sobra decir el entusiasmo despertado en los colectivos de parados que pueden ver aliviada su situación económica y laboral colaborando socialmente con los menos afortunados en prácticas eróticas. Los autónomos también pueden sumarse a la iniciativa, bien dando o recibiendo. Lo importante es que todos puedan colaborar en esta terapia medicinal. Es cierto que se trata de un contrato basura y que los sindicatos amenazan con ir a la huelga, pero la lista de voluntarios no para de crecer. Es una aportación alternativa: no hay horarios fijos, las retribuciones no superan el salario mínimo y no hay seguro médico que abrigue los riesgos, pero hay ganas de trabajar y salir de la crisis. Lo han conseguido, nos va a gustar hasta jodernos los unos a los otros.

Si te apetece seguir leyendo te recomiendo el siguiente enlace

                                                                      Muestra de una orgía medicinal en otros tiempos