En un conocido y festejado Pajar medio palaciego y mundano, medio místico y medio de todo, se encuentra medio escondida una Sala con aroma a conocimiento y ese inefable perfume que desprende la armonía, el equilibrio y la sabiduría sin otros objetivos que integrarse en la contemplación del todo y la nada. La Sala  guarda en su centro un trono vacío, el trono de la razón. Políticos, famosos, mileuristas, banqueros, raperos, adivinos, mesías, decoradores de interiores y muchos otros más intentan sentarse en el trono para someterlo a sus intereses, caprichos y devaneos, pero una esotérica energía les despide lejos de su presencia. Parece ser que nadie consigue domesticar y socializar la razón, lo cual molesta y mucho a las diferentes corrientes de poder en todos y cada uno de sus sentidos. Para minimizar semejante crisis de identidad, Urbanismo Municipal, ha decidido cerrar el recinto para acometer obras. A partir de este momento la Razón está en Reformas.

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                                                                                     Foto de Tuchy Regueras