No es una cápsula del tiempo, pero casi. En un paseo por tierras sanabresas me topé con esta reliquia de museo, aparcada junto a un establo y por donde merodeaban pavos, gallinas y otros representantes del corral doméstico. El carro sanabrés presenta tintes de una edad perdida, pero no tan lejana, valga la paradoja, dado que todavía existen generaciones que lo contemplaron en pleno apogeo. Queda demostrado que en esas tierras nos encontramos con piezas de museo antropológico a la vera de cualquier camino, plaza, recodo o…establo.