Cualquier camino es bueno para llegar a Astorga, si bien el Camino de Santiago y la  Vía de la Plata son idóneos para entrar en esta peculiar ciudad que tuvo sus orígenes en un campamento romano. Su Plaza Mayor con los maragatos ofreciendo las horas, la Catedral, el Museo Episcopal de Gaudí, hoy convertido en Museo de los Caminos, el Museo Romano, el de Chocolate, las cloacas romanas, el Domus del Mosaico, la Ergástula o el Parque de Melgar con el fondo monumental de fondo, son algunos de los atractivos de esta bella localidad cargada de singularidad e historia. Y si quedan ganas, que quedarán, nada mejor que acercarse a Castrillo de los Polvazares, a tiro de piedra, que cuenta con una estupenda arquitectura tradicional maragata y, claro, ahí mismo es buen lugar para probar el popular cocido maragato. Buen viaje, feliz disfrute y seguro que quedan ganas para volver de nuevo por estas tierras llenas de vitalidad y belleza.

Astorga

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