POESÍA CULINARIA: PESCAÍTO FRITO
Una plaza con acento del sur, una noche vestida de calores y miradas trapecistas. Mucha noche, muchos colores y las sonrisas a pasear. Antes de tener unas palabritas con la fantasía que aguarda tras la puerta, llega el momento de los manjares culinarios. Nada de estropicios, quiero platos vestidos de poesía, entonces, mejor un cucurucho de pescaíto frito, la poesía culinaria. Sencilla y trascendente, eso, poesía para regalar, que ha nacido otra vez el verano y no me quito de encima la noche y su cohorte loca.
Publicado el junio 23, 2017 en Artículos Propios y etiquetado en Noches de verano, Pescaito frito, Poesía culinaria. Guarda el enlace permanente. 11 comentarios.
El papel se impregna del aceite y así el pescaito queda menos aceitoso ¡para chuparse los dedos! y si lo acompañamos de una cerveza bien fresquita o un vaso de gazpacho ¡qué ricooooooo! Ojú, seguro que ya he puesto unos gramos de más. Un cordial saludo
jajaj, buena receta, me apunto. Feliz semana, saludos
Por las noches de verano en Andalucìa!!
Me gusta el brindis, buen finde. Saludos
da hambre
Pues si, tiene buena pinta. Buen finde, saludos
Me ha parecido muy simpático cuando chiquiteas las palabras… Jajaja… Pescaíto, así decimos en mi isla. Qué rico se ve! Buen provecho!
Son cucuruchos que se toman en Andalucia, como el fish and cheaps pero en calidad, claro. Queda muy casual. Buen fin de semana. Besotes
A ti.
Madre mía me comía ese pescaíto frito ya! Qué forma tan bonita de describir esas noches de verano tan apacibles y llenas de colores y sabores. Un saludo!
Tiene buen aspecto el cucurucho, verdad. Gracias por tus palabras, mira que es fácil ponerme contento. Buen finde, saludos