POESÍA ASILVESTRADA
Suelen vivir en los arrabales de la naturaleza a pesar de que por su tallos y flores corre sangre real. Es algo así como un eremita asilvestrado que busca la soledad y el silencio. No me canso de contemplarlos y admirarlos. La verdad es que me paso muy buenas horas hablando con ellos en verso emocional, sensaciones y emociones van y vienen. Lo divino y lo humano protagonizan nuestras conversaciones esotéricas. Rara vez presumen de su belleza y esencia, son tan humildes que, si desaparecieran, nunca ocuparían espacios «prime time».
Publicado el junio 22, 2021 en Artículos Propios y etiquetado en Cactus y realeza, Poesía asilvestrada, Prime Time. Guarda el enlace permanente. 5 comentarios.
Me ha gustado mucho su homenaje al humilde cardo, son bellos y robustos
Tienen estampa y esencia, pero no crece en jardines, se oculta y eso…pues pasa lo que pasa. Gracias, cordiales saludos
No conozco su nombre real, creo que le llamamos flor del cardo, en el Norte. Tiene un color morado muy bonito y sus hojas con pinchos resultan llamativas. Hace años sus flores secas se recubrían de dorado para hacer adornos sencillos de Navidad. Son sencillas y bonitas, destacan entre la maleza de las esquinas abandonadas, entiendo que intercambies sensaciones con ellas…Un saludo
Aquí las conocemos como Cardos. Me parecen muy llamativos y espectaculares, aunque no están en las listas de las más queridas. Siempre me han gustado. Gracias, cordiales saludos
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