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AMANECERES EN ARANJUEZ
Cualquier día me hago eremita o me instalo en un monasterio anti-turista. Me gusta la naturaleza, el silencio, la soledad y , aunque en alguna ocasión, se me pueda descubrir a altas horas de la madrugada en algún tugurio de mala nota, no quepa duda, en cuanto me echan del local me despacho enseguida mi buena dosis de naturaleza. Paz, sosiego y perfume de lavanda y un toque de albahaca para sazonar los amaneceres.