ANÉCDOTA URBANA
Paseando por las calles y estando atento a nuestro alrededor descubres situaciones singulares y curiosas que señalarías como ocurrencias para un programa de cámara oculta, pero no, hay anécdotas urbanas tan reales como incomprensibles. Así el camión de carbón roció la parte trasera del vehículo aparcado confiado en la calle. Y si la foto no es más explícita es porque ya no corro como antes y, mi integridad física, ya tiene suficientes parches como para andar jugando.
Publicado el noviembre 12, 2015 en Piezas/Lugares y etiquetado en Coche al carbón. Guarda el enlace permanente. 10 comentarios.

Si es que ya no se puede aparcar tranquilo…
Mira que hay gente dañina, verdad. Buen finde. Abrazotes
Buen finde…, te respondo tras despertar horrorizada por la noche negra en París.
Pues si, estamos dentro de un tio vivo que anda loco. Relax.
Un abrazo.
Jajaja… ¡Se jodió!
Psshhh . Esta vida que es muy perra. Buenas noches
Buenas noches, gorrión. Sí, la verdad que pasan cosas…
El camión del carbón… has dicho carbón? Mi oído ya no es como antes, había entendido…
Qué importa tu oído, si tu agudeza resuelve cualquier mal entendido. Abrazotes