SERIE POESÍA PERFORMANCE: FRANQUICIA ESPIRITUAL
No sé si en el cielo o en alguna franquicia espiritual, cuando me aposente con contrato eterno, me permitirán tener conciencia propia o deberé sumarme a alguna conciencia colectiva, un sindicato de almas. Por eso aprovecho, ahora, que aun ando medio despierto para escalar las más altas torres cuando sufro ataques de tristeza. Desde arriba todo parece tan simple. tan lejano, tan insignificante. La conciencia se transforma si miras desde lo alto, pero siempre hay un tipo que te dice que van a cerrar y todo el mundo debe abandonar la torre de la paz y el sosiego. Espero que la eternidad no tenga horarios y limitaciones.
Publicado el junio 27, 2016 en Cosecha Propia y etiquetado en Franquicia Espiritual, manuel villa-mabela. Guarda el enlace permanente. 8 comentarios.
¿Cómo será después de la muerte? Yo me imagino que estaré con la gente que amo y con muchos animales. Pero no me gustan las alturas, me da vértigo.
Un consejo, no me mires para abajo y punto. Besotes
Pues no miro. Besotes para ti también.
buena idea esa fraternidad de almas 🙂
Algo nos pasa en las alturas, la mente se abre….quizás el viento nos recuerde que es mejor dejar ir las tristezas,…, por lo efímero de la vida…pero salimos renovados de las alturas… es cierto, saludos…
La verdad es que vivir en las nubes tiene sus ventajas…y alguna desventaja, claro. Nada hay perfecto…o casi nada. Abrazotes
Y si la eternidad no fuese eterna?………
Habría que pedir el libro de reclamaciones. Abrazotes