ECOS DE LA MEMORIA
Los ecos de la memoria están siempre despiertos, sobre todo, cuando se recorren calles o rincones, que han tenido un significado en tu itinerario vital. Y es bueno visitar esas geografías urbanas porque desaparecen sin previo aviso. Así me ha sucedido a mí, que recién llegado a los madriles habían dos puntos importantes: La gata Flora y el Café Isadora, pero no aparecen en escena porque ya no existen. Menos mal que por lo menos me queda uno: el Café Manuela de Malasaña.
Publicado el marzo 21, 2019 en Piezas/Lugares y etiquetado en Café Isadora, Café Manuela, Ecos de la memoria, La Gata Flora. Guarda el enlace permanente. 7 comentarios.
Me pasa cuando voy a Puerto Rico y han desaparecido negocios a los que solía ir, o las cosas han cambiado de dueño y no son lo mismo, o el paisaje urbano está abandonado. Te entiendo perfectamente, Manuel.
Hay que recordarlas para que no dejen de existir. Feliz fin de semana
Claro que sí. Ves las cosas tan claramente.
Feliz fin de semana
Tú me haces sentir que las semanas pasan muy rápido. Me rehuso. ¿Solo escribes los jueves?
No, va como va, cuando puedo, no tengo reglas. Igual varias veces o poco o nada. Cuidate, abrazotes mil
😉