Los ladrones no se llevaron los libros y eso duele
Ha causado honda impresión el robo llevado a cabo en la habitación de un hospital. Los robos no sorprenden, pero esta vez los delincuentes han llegado demasiado lejos. Han sustraído un reloj de oro falso, una caja de bombones abierta y un paquete de toallitas refrescantes con olor a menta. El pecado consiste en no robar dos libros estacionados sobre la cama hospitalaria y que su propietaria entiende que ni siquiera se han ojeado o cambiado de postura. Semejante acción anti-cultural y anti-humanista ha puesto los pelos de punta a escritores, lectores, libreros, bibliotecarios y asociaciones de intelectuales anónimos, que están barajando la posibilidad de solicitar, al Ministerio de Justicia, una ley que tenga a bien favorecer la pena, a todos los ladrones que incluyan libros y otros objetos de uso cultural en sus botines. Todo es poco para que la cultura no muera.
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Libros en el hospital
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Libros no robados en un asalto hospitalario
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Ellos se lo pierden porque «La nostalgia feliz» de Amélie Nothomb, es un libro muy entretenido. No se lo tengas en cuenta 😉
Ya sabes, todos tenemos nuestro lado oscuro, saludos