Publicado el marzo 15, 2020 en Piezas/Lugares y etiquetado en Alarmas sociales, Innovación de necesidades, Paseante de perros. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
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Manuel Villa-Mabela
Buenos días, me ha encantado esta entrada. Mi hija pequeña tiene dos perritas, todos los días hablamos por el móvil varias veces, menos una que lo hacemos por videoconferencia y es digno ver a las perritas, reconocer la voz de mi hija mayor y la nuestra, ver como se van a la cara de cada uno de nosotros y se ponen a ladrar y dar lametazos de cariño. Ojalá pudiésemos sacar a los enfermos un poquito, mi marido por el parkinson no se da cuenta de la gravedad y es horroroso cuando ve que no salimos para nada. En fin, que Dios nos ayude a encontrar la fuerza suficiente para pasar esto y que seamos capaces de detener la infección. Un abrazo
Seguro que será así, aunque tenemos que sembrar paciencia de la buena a nuestro alrededor. Me pasa algo parecido en casa y sí, es un poco difícil,pero es momento de que gobierne la madurez. Cuidaros mucho y que pronto todo esto sea una experiencia más que sumar a nuestra vida. Abrazos mil
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