LA POESÍA URBANA DE LOS PORTEROS AUTOMÁTICOS
Me llevé una grata sorpresa cuando al llamar a un telefonillo al azar, para vender una enciclopedia de la vida salvaje en territorios sin poesía, me encontré con un rosario de vecinos poetas, historiadores y amantes de la cultura, que reivindicaban en sus porteros automáticos la belleza del arte y el saber. No indico el lugar para que no lo conquisten los devotos de la estulticia, pero si hago una llamada a todas las comunidades de vecinos para que cunda el ejemplo. Se acabó vivir en el tercero derecha o en el ático, yo vivo a partir de ahora en Gonzalo de Berceo o Madrigal de Ojos Claros y Serenos.
Publicado el marzo 20, 2020 en Cosecha Propia y etiquetado en poesía urbana, porteros automáticos. Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.
¡Qué original! me gusta. Yo me pondría «alegre y sonriente», porque así es mi carácter, espero seguir siempre así. Buenas noches
Pues que ese carácter no cambie, es necesario para la sociedad y la convivencia, abrazos
Me encanta, me pondría «sonrisa viva» sobre todo en estos momentos…
Pues venga, los carteros comerciales se volverán locos, abrazos y buen fin de semana